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6.5.05

Museu da dívida

Quem sabe não inventam um desses no Brasil? De preferência com um busto do FH e outro do Geisel ladeando a entrada.


(AméricaEconomía.com) Los argentinos tienen su propio holocausto financiero: la deuda externa. Y para que los ciudadanos recuerden y comprendan este flagelo nacional crearon el primer museo del mundo especializado en el tema. Se trata de espacio que presenta con lujo de detalles cómo ha evolucionado la monstruosa deuda, que hoy alcanza los US$125.283 millones.

El museo que funciona desde la semana pasada en el Centro Cultural de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, pretende convertirse una muestra itinerante por todo el país "con el objetivo de que los argentinos tomen conciencia sobre el problema de la deuda", dijo el coordinador del Centro, José Tussi.

“La deuda externa es uno de los principales factores que han contribuido a nuestra crisis, provocando hambre y pobreza”, dijo al diario El Clarín Simón Pristupín, director e ideólogo del proyecto. “Como la gente no lee, entonces la universidad tiene que salir de su torre de marfil para ayudar a los ciudadanos a comprender cómo se fue dando el proceso del endeudamiento”.

El museo presenta dos momentos históricos en el derrotero del endeudamiento. El primero se refiere a la última dictadura militar (1976-1983), cuando los militares recibieron el país con un pasivo externo de US$ 8,3 mil millones y se lo entregaron al ex presidente Raúl Alfonsín (seis años en los que se sumaron otros US$ 20.000 millones) con US$ 44.000 millones. El otro hito es la década menemista en los que la deuda trepó a US$ 147.000 millones.

En la muestra está presente reiterademante Domingo Cavallo, quien en 1982, como presidente del Banco Central estatizó la deuda privada y luego reapareció en los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa, en ambos casos como ministro de Economía.

Para graficar y hacer más compresible este complejo tema sobresalen las portadas de los periódicos que muestran que los argentinos no nacieron con la deuda externa debajo del brazo.

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